lunes, 3 de marzo de 2014

Ahora siempre…


…que salgo a la calle te busco. Solo encontré refugio en el Conservatorio y aún así no dejé de imaginarte en alguna, en todas. Cada una pasándose el pelo por detrás de la oreja, o mejor aún, con el pelo corto. Son ellas o yo cada día estoy más solo. Con toda razón y orgullo, ya me cansé de ver que nadie ve, ya es solo cotidiano y ridículo. ¿Será que te recuerdo más por quien eras o por el recuerdo en sí mismo?. 

Como la vez que comencé a caerle a la de la recepción. Estaba borracho pero no me sobrepasé del límite, de hecho fui bastante cortés y manejé un discurso que creo que hubiera podido funcionar. O la vez que comencé a hablarle a esa mujer en el paradero, diciéndole que era hermosa y que se parecía a ti. Ella si huyó. Incluso te veo en las bufandas, en las bicicletas, la fruta, en los libros. Mi apariencia no la escogí pero todo lo demás que hay en la vida, en mi cabeza, es bastante aceptable, creo que tengo material e impulso, me hace falta convicción y método. Si te conociera de nuevo no sabría qué decirte, no llegaríamos a tanto, no sé si me diera la energía para eso. Quisiera las cosas fáciles y sin esfuerzo, como aquella vez. 

He descubierto que como tú decías, la familia no es tan importante. Que el tiempo que se da uno para uno mismo es invaluable, que sabré aprovechar este tiempo que me diste. Nada tienen que ver los años que no hemos hablado, que solo me has respondido con caritas hechas de signos de puntuación. Ahora vivo solo y soy una persona exitosa, he subido de peso pero eso es un buen indicador de abundancia, de prosperidad. Desde que gano tanto dinero ya no cocino más, he aprendido a comer en restaurante y no pongo problema por las espinacas y el jugo de guayaba, me lo como todo. Ya no me drogo más porque me da sueño, escasamente me tomo mis whiskys por las noches. Le he puesto más cuidado a Mozart y Beethoven, con lo que discutíamos por eso. Y no creas que no he conocido a otras mujeres, estuve saliendo con mi compañera, la que también viene al trabajo en bicicleta, a veces salimos a comer o a cine, pero después nunca quiere quedarse a hacer el resto, es bastante mojigata, yo hasta me había cortado las uñas. Hay partes de su cuerpo que me acuerdan de ti. 

El otro día compré una sandía y le metí los dedos para sacarle las semillas, si pudiera te hubiera llamado. He pensado en meterme en un curso de algo, lo que sea: coctelería, arquitectura, finanzas, filosofía, mecanografía. Eres tan diversa que cualquier mujer que conozca en esas actividades me acordará de ti. He intentado llevar las cosas por buen término, soy ordenado y responsable como siempre, pero además tomo más riesgos de vez en cuando. Irme a vivir solo ha sido bueno, pero te confieso que a veces la soledad hace estragos conmigo. Incluso he pensado en renunciar e irme de viaje a ver si te encuentro por algún lado, o a una parecida, pero se me quitan las ganas pensando en que ya fui y no pude sostener las conversaciones, en cambio, prefiero esperarte y que me cuentes tus experiencias por el mundo, por la ciudad, en tu casa, en tu intimidad: que me muestres todo lo que has aprendido, al fin y al cabo yo no te enseñé mucho. 

Descubrí que no querías seguir conmigo la última noche que dormimos juntos, dormiste tan profunda, no te importaba nada, y yo desvelado mirándote, con pánico de volver a roncar, esperando que te voltearas y tuvieras un gesto, una mirada, una sonrisa, sexo salvaje. Eso es lo que más extraño, me encantaba desvelarme contigo, ahora tengo que beber para no dormir, odio tener sueño, odio no poder hacer más cosas en el día. Odio soñar contigo.

Cuando pienso que te voy a ver ya no sé qué hacer con tu imagen. Estoy tan asustado que siento que no me importará qué decirte. No creas que no sé que a ti te da pánico, que no te gusta y aborreces esa cita, que solo lo haces por caridad social. Yo sé que no nos vamos a acostar. No me voy a mandar encima tuyo como la última vez, o tal vez lo haga con mucha más fuerza. 

Quizás puedo ir a entregarte esto en donde sea que te escondes, y evitarnos la ansiedad de la espera por el encuentro, llevaré pan, orégano francés y vino...



                                                                                                                Pascual.



(CONTINUARÁ...)




4 comentarios: